Religioso mercedario fue comendador de varios conventos de dicha orden, entre ellos el de Cuenca. Nombrado obispo de la ciudad de León en Nicaragua, apenas si pudo ejercer su ministerio ya que murió de forma repentina en 1685 cuando giraba una visita por la diócesis. Escribió varias obras religiosas, entre ellas “La verdad vestida”, “Laberinto del mundo”, “Demonio y carne”, año 1670 y “Vida heróica del venerable padre fray Juan Falconi”, en 1675.